Tengo la ligera sospecha de que Benjamin Alire Sáenz repite una y otra vez la misma formula: un protagonista perdido, que no sabe quién es, ni dónde está ni para dónde va, y que las circunstancias de su vida le hacen conocer a alguien que le ayuda a encontrar la luz y descubrirse a sí mismo.Solo he leído dos novelas de este autor, por lo que esta teoría aun no la he comprobado.
Aunque Aristóteles y Dante descubren los secretos del universo y Canción nocturna son similares al compartir esta idea central, cada uno logra mantener su originalidad al presentar personajes diversos, situaciones e historias completamente diferentes. Vamos, que no es una repetición como cierto autor que solo escribe sobre gente muriendo de cáncer. No, creo que eso no le va al señor Alire. Lo cierto es que ambas novelas tienen personajes con raíces mexicanas, cosa que ha marcado sin duda al autor, al tener también dichas raíces. Este detalle lo considero muy importante, pues es necesaria la visibilidad de todas las personas que crecieron en un país distinto al originario del que provienen los padres, porque hasta cierto punto puede causar cierto colapso en los personas. Ejemplo de ello es Aristóteles.
Pero creo que ya me estoy yendo por las ramas. Tal vez es tiempo de comenzar a contarles sobre el personaje protagonista de esta novela: Zach. No recuerda cómo llegó a la clínica de rehabilitación en la que está, ni qué fue lo que ocurrió o por qué está allí; es más, ni siquiera cree ser alcohólico como todos dicen que es. Lo único que sabe es que no quiere tener mucho contacto humano, que le lastima escuchar las historias de los demás e ir a terapia, aunque no hable de sus propios monstruos. Conforme ocurre su estadía en la clínica, Zach comienza a leer el diario de su compañero de cuarto: Rafael.
Rafael es un escritor alcohólico de más de cincuenta años, descubre que pintar le ayuda a enfrentar a sus monstruos y describe lo que siente y todos sus pensamientos en su diario. Rafael tiene una historia muy fuerte, cañonsísima y que no vale la pena relatar, pues estaría arruinando una posible lectura. Este personaje ha recorrido un viaje a través de la evasión del dolor, fingiendo que todo estaba bien, sintiéndose exhausto a tal grado de ya no querer vivir. Y sin embargo, se encuentra allí en esa clínica, porque ha decidido vivir y enfrentar el dolor; y esto a su vez, hace que Zach pueda también aprender a cómo enfrentar todo.
Ese era el problema de contar tu historia, que te destrozaba. No importaba que todas esas cosas hubieran ocurrido años atrás, todo se sentía como si sucediera en ese instante. Yo lo entendía. Por eso no quería contar mi historia. No quería revivir todos esos sentimientos en el presente. Por supuesto que no.
La verdad es que Canción nocturnaes un libro muy emotivo. Demasiado, diría yo. Y no es algo que lo desfavorezca, sino que al contrario, lo hace muy real. Creo que da otra perspectiva del por qué muchas personas terminan consumiendo alguna sustancia y dejándose llevar por ella, porque se siente mejor la evasión que la confrontación. Y esto es algo que Zach aprende bien para el desenlace de la historia, pues al fin logra traer de vuelta los recuerdos que había suprimido y que le estaban hiriendo el alma.
Puedo decirles que fue una de mis novelas favoritas del 2018. En verdad, Benjamin Alire Sáenz no me decepcionó en ningún momento. Creó situaciones dolorosas, humanas, pensamientos y enseñanzas crudas, que se traducen en el crecimiento de sus personajes. En esta reseña estoy hablando solamente de los dos personajes que me marcaron más, pero sin duda el autor también hizo un excelente trabajo al crear otros personajes de la terapia grupal y a Adam, el terapeuta.
—Supongo que querías que yo detuviera su dolor. Querías que Rafael no sufriera y querías que yo hiciera algo. ¿Tengo razón?
—Sí, algo así.
—No puedo detener su dolor, Zach. Pero tú lo quieres. Quieres a Rafael. Eso puedo notarlo. Y es algo hermoso. Ese es un sentimiento, Zach.
—Duele hasta el alma, Adam.
—Así es.
—Lo odio.
—Pero el afecto no siempre tiene que doler, Zach. ¿Nadie te ha dicho que el amor puede ser algo agradable?
Nunca nadie me había dicho nada sobre el amor. Nada. Ni una palabra
—Sí, algo así.
—No puedo detener su dolor, Zach. Pero tú lo quieres. Quieres a Rafael. Eso puedo notarlo. Y es algo hermoso. Ese es un sentimiento, Zach.
—Duele hasta el alma, Adam.
—Así es.
—Lo odio.
—Pero el afecto no siempre tiene que doler, Zach. ¿Nadie te ha dicho que el amor puede ser algo agradable?
Nunca nadie me había dicho nada sobre el amor. Nada. Ni una palabra
En verdad la recomiendo y, si son como yo, creo que es necesario el tener una cajita de pañuelos al lado.
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